¿Tienen solución los problemas de pareja?
Me gustaría pasar el resto de mis días con alguien que no me necesite para nada, pero que me quiera para todo.

Mario Benedetti
21

Mayo, 2018

 

 

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3 minutos de lectura

¿Qué problemas suelen tener las parejas? Al comenzar una relación, el amor que comparte una pareja es tan intenso y recíproco que éste parece ser motivo suficiente para relativizar cualquier conflicto. Pero con el paso del tiempo el amor evoluciona: se calma, se aposenta sobre la rutina y se amolda al carácter de los enamorados. Es entonces cuando aparecen las desavenencias y se tornan evidentes los pequeños roces y asperezas que son parte de la cotidianidad. Después de pasar algún tiempo compartiendo experiencias junto a otra persona, la irritabilidad y el temperamento de cada uno comienzan a hacerse notar. Las discusiones devienen más frecuentes, y en la medida que no se resuelven, se extienden los muros que distancian a la pareja. Estos enfrentamientos llenan su equipaje de acusaciones y reproches que entorpecen sus esfuerzos por comprenderse y acompañarse. Asimismo, la incomunicación da pie a que germinen dudas, que son el alimento de los celos y las inseguridades.
Intimidad, de Laura
¿Por qué son tan habituales los conflictos? Son muchos los motivos por los que las personas queremos estar en pareja. No se trata sólo del amor: sentirnos necesarios para alguien es una emoción muy poderosa y absorbente. Nos hace sentir comprendidos, acompañados, y en muchos aspectos nos reafirma como personas: «si él/ella me quiere, no puedo estar haciéndolo tan mal». El problema es que una relación romántica no es suficiente para reparar nuestras carencias individuales: la baja autoestima, el egoísmo, el victimismo, la agresividad, el miedo a la soledad, etc. Aunque el amor pueda eclipsar algunos de estos problemas, eventualmente harán mella en nuestra pareja, ya que es la relación a la que solemos dedicar más tiempo (y a la que más salpican nuestras flaquezas). Ésta es una de las razones por las que resulta tan complicado evitar las discusiones, la dependencia, los miedos, los reproches. Metafóricamente hablando, todas las personas cojeamos por algún lado. Cuando caminamos en pareja podemos apoyarnos el uno en el otro, por lo que nos resulta más fácil seguir avanzando –pero no por eso aprendemos a caminar por separado. Nuestra cojera sigue estando ahí, y mientras dependamos de otra persona para mantenernos en pie, es cuestión de tiempo que nos demos de bruces contra el suelo. Aludiendo a la cita de Mario Benedetti, una pareja sólo puede avanzar exitosamente si ambos miembros son capaces de caminar por separado, pero aun así eligen hacerlo juntos, sin depender el uno del otro para andar con buen pie.
Sentirnos necesarios para alguien es una emoción muy poderosa y absorbente. Nos hace sentir comprendidos, acompañados, y en muchos aspectos nos reafirma como personas
¿Es normal que surjan problemas en la cama? La mayor parte de las parejas experimentan complicaciones sexuales en algún momento de su relación. Son muy habituales la pérdida del deseo, la impotencia, la anorgasmia (la incapacidad para alcanzar el orgasmo), así como muchas otras problemáticas que entorpecen la vida sexual. Si bien existen condicionantes fisiológicos que en algunos casos explican estos fenómenos, la mayoría de ellos están relacionados con patrones y comportamientos que se reproducen en la propia relación. La falta de comunicación y de afecto, las expectativas que cargamos sobre el otro, la imposición de nuestros deseos, el miedo al abandono,… Todas estas actitudes, aunque se construyen accidentalmente, representan los pilares sobre los que se aposenta la comunicación sexual. Mientras la pareja no supere estas barreras, sus relaciones íntimas también se verán condicionadas por ellas.
¿Qué puede ofrecernos la psicoterapia? La terapia está orientada al tratamiento de los conflictos que suelen tener las parejas, ya que éstas a menudo son incapaces de comunicarse de manera abierta y horizontal. Esto guarda relación con los roles de cada miembro (uno tiende a imponerse sobre el otro), los miedos que puedan tener, la dependencia que hayan cultivado, etc.; pero también influyen actitudes sutiles que las parejas reproducen sin darse cuenta: el tono de voz al hablar, el uso de determinados gestos y palabras, la tendencia a ignorar las necesidades del otro, etc. En este contexto, lo que la psicoterapia ofrece es un espacio donde las personas pueden comunicarse sobre los conflictos que las enfrentan sin dejarse gobernar por la rabia y el miedo. Es un proceso complejo en el que surgen desavenencias, acusaciones y reproches; pero mediante la colaboración activa del psicoterapeuta, el impacto de estos problemas se relativiza. El ojo crítico de una tercera persona arroja luz sobre comportamientos silenciados: actitudes espontáneas y cotidianas que resultan muy difíciles de detectar, pero que movilizan y agravan la mayor parte de los enfrentamientos. A grandes rasgos, el tratamiento psicológico invita a los miembros de la pareja a que cambien el foco de la acusación del “tú” al “yo”. Esto les permite tomar mayor conciencia de su contribución a los problemas que existen entre ellos, en lugar de enzarzarse en una espiral de reproches recíprocos. Si bien la terapia tiende a ser compleja, el esfuerzo que hace la pareja al realizarla es la mayor garantía de su voluntad por mantenerse unidos contra cualquier adversidad.

Eric Álvarez

Soy Psicólogo, especialista en Psicopatología Clínica. Me considero un apasionado del ser humano que ha dedicado la mayor parte de su vida adulta a investigar el comportamiento de las personas, aunque ha sido especialmente a través de mis propios conflictos que he podido llegar a entender los de los demás. Como me encanta escribir y explicar, desde hace algún tiempo intento difundir todo lo que  aprendo a través de artículos que resulten amenos y accesibles.

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