Nuestra falsa personalidad
Las hazañas que la sociedad recompensa son ganadas al precio de disminuir nuestra personalidad.
Carl Jung
19
Julio, 2018
5 minutos de lectura
Como adultos, nuestra personalidad nos acompaña desde hace tantos años que la hemos perfeccionado… Pero básicamente sigue siendo la misma que era cuando comenzamos a elaborarla con apenas cinco o seis años. Por más que maduremos, nos adaptemos y nos tranquilicemos, las personas seguimos comportándonos de un modo parecido durante toda nuestra vida: tanto el perfeccionista obsesivo, como el entusiasta excesivo, como el callado, distante y reflexivo.
Partiendo de esta base, ¿cuántas personalidades crees que hay? Seguro que has notado que hay mucha gente que se parece entre sí. Dejando a un lado el impacto de las influencias astrales, hay una cosa en la que todos somos iguales: nuestras emociones. Las diferencias entre las personas dependen de cómo aprendamos a manejarlas.
Para que puedas figurarte hasta qué punto somos poco originales, el Eneagrama de la Personalidad –una de las teorías más precisas sobre psicopatología del carácter– postula que sólo existen nueve personalidades o maneras de ser… Pero esto ya es pasto de otro artículo.
Nuestra sobreestimada identidad
En síntesis: nuestro carácter es el resultado inevitable de las circunstancias en las que hemos crecido. No lo hemos escogido, sino que es la consecuencia lógica de lo que nos han dado y lo que nos han prohibido: una especie de teatrillo que hemos improvisado para contentar a todo el mundo y no sentirnos desplazados. Dependiendo de los padres y la familia que nos haya tocado, afrontaremos la vida con unas actitudes u otras, desarrollando un carácter más entusiasta, más dubitativo, más generoso o más territorial. La paradoja es que, aunque sólo actuamos de este modo porque la sociedad no nos ha permitido expresarnos como realmente somos, eventualmente nos identificamos con esa personalidad. Comenzamos a considerarla “nuestra”, como una prenda que hubiésemos hilado cuidadosamente durante años, tejiéndola a nuestra medida… Aunque en realidad seamos nosotros quienes han tenido que estrujarse para encajar en ella.
Eric Álvarez
Soy Psicólogo, especialista en Psicopatología Clínica. Me considero un apasionado del ser humano que ha dedicado la mayor parte de su vida adulta a investigar el comportamiento de las personas, aunque ha sido especialmente a través de mis propios conflictos que he podido llegar a entender los de los demás. Como me encanta escribir y explicar, desde hace algún tiempo intento difundir todo lo que aprendo a través de artículos que resulten amenos y accesibles.
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